El pleno de ayer, donde diez de los quince puntos fueron aprobados por unanimidad, sirvió para evidenciar que cuando el PSOE lo requiere, Ciudadanos extiende la alfombra para salir al rescate.
El conflicto estuvo en la aprobación de las condiciones laborales de la Policía Local. El PP explicó en palabras de Jaime Lloret que “al tratarse de cuestiones del gobierno, nuestra postura inicial era la abstención. En esta ocasión también optamos por la abstención, salvo que no se hayan cumplido las condiciones a las que el concejal de personal se comprometió”.
Al constatarse que el concejal Joan Lloret no era capaz de explicar si se habían cumplido o no, el PP optó por votar en contra. Esto plasmaba un empate de votos, 9 de la única oposición (PP + Compromís) por 9 del equipo de gobierno. Ciudadanos tenía la última palabra. Sentarse a negociar de nuevo con el colectivo de la Policía Local o poner la alfombra al PSOE.
Está bastante claro cuál fue la postura de Ciudadanos. Valentín Alcalá, que inició su discurso con la ininteligible retórica a la que acostumbra, afirmó que él iba a “rehuir la demagogia” y se dirigió a los policías locales presentes para decirles que C’s votaría a favor del gobierno, lo que produjo que los trabajadores, sabedores de la derrota en su lucha por mejorar las condiciones laborales, abandonaran la sala y dejaran a Valentín hablándole a la imagen de Santa Marta, sin saber el señor Alcalá si debía seguir hablando o parar.
CONCLUSIÓN: quien quiera un alcalde del PSOE, que vote Ciudadanos.