La empresa que gestiona la piscina entra en liquidación y pide el rescate al Ayuntamiento. El gobierno socialista ha perdido tres meses cruciales por no aceptar la ayuda del anterior gobierno del PP, que se abstiene en la Comisión Informativa de urgencia para evitar males mayores al Ayuntamiento.
Tras la entrada en suspensión de pagos del grupo empresarial que gestiona la piscina municipal, y del último aplazamiento forzoso hasta formarse el nuevo gobierno municipal después de las elecciones, el PSOE se ha dedicado a buscar fantasmas y elucubrar sobre las presuntas piedras que habría dejado en el camino el anterior equipo, mientras el PP se ha ofrecido repetidamente para ayudar en el planteamiento de las cuestiones más urgentes, obteniendo siempre la callada por respuesta y sin atender su ofrecimiento.
En el pleno de julio, primero después de formarse el gobierno, el PP ofreció de nuevo y explícitamente ayuda “para cualquier consulta” en el tema de la piscina, mientras se dilataban las decisiones buscando un rédito de político de bajo nivel con la respuesta de “lo dejamos para más adelante”.
Y ocurrió lo que sólo el PSOE no esperaba. La empresa que gestionaba la piscina municipal entró en liquidación y pidió el rescate del servicio. Ahora hay que dejar una costosa instalación municipal en manos de una empresa en liquidación, sin la más mínima motivación y con los trabajadores sin cobrar desde hace meses. Los planes penden de un hilo y no hay ninguna seguridad para el buen final de este asunto.
Lo correcto hubiera sido no dejar caducar el expediente y aprovechar el parón veraniego para arreglar el contrato de la piscina. Para ello hubiera hecho falta un poco de humildad, bastante diálogo y también un poco de sentido común. Nada de ello se vislumbró porque algunas cosas carecen y otras las desconocen. Los actuales gobernantes ni han dialogado con el anterior gobierno ni con la empresa saliente, por lo que además se han perdido importantes oportunidades de mejoras.
Lo que ha hecho el PSOE es alargar el asunto y dejarlo para más adelante, siendo ciego a la urgencia del mismo. Tras intentos de municipalizar el servicio, lo que conllevaría un aumento de su coste veinte veces hasta casi 300.000 euros anuales, al ver las cifras han echado atrás en sus principios municipalizadores para optar por la gestión indirecta.
Dicen que las prisas son malas compañeras, y fruto de ello han llegado a olvidarse importantes informes en el expediente. El nuevo contrato no será el mismo, pues es una subasta en toda la regla en la que solamente se valora el importe de la subvención. Nada queda de equipamientos y otras mejoras, proyecto deportivo, tarifas, etc. La empresa entrante no necesitará estar certificada con la ISO 14000, norma que establece un sistema de gestión ambiental efectiva. El pueblo saldrá perdiendo, y tampoco se le puede vislumbrar mucho recorrido al nuevo contrato que, con estas condiciones, ya hay quien apuesta porque tiene nombre y apellidos.
Con un pliego mucho mejor, el PP tuvo el voto en contra de los socialistas en el 2012. Ahora el PP se ha abstenido por responsabilidad para evitar un mal irreparable al pueblo. La votación se saldó con 5 votos a favor del gobierno y 7 abstenciones.