Externalización / Outsourcing / Subcontratación / Privatización

Popular diminuto

Por Pedro Ramis.  Extraído de «El Popular de La Vila«

     La externalización, el outsourcing, la subcontratación o la privatización (éste último término usado desde el sector público y de forma más peyorativa), son herramientas de gestión usadas por todas las organizaciones en muchos ámbitos de su actividad.

     La limpieza de oficinas e instalaciones, las reparaciones, el mantenimiento de los elementos productivos, son ejemplos cotidianos de subcontratación en toda empresa por pequeña que sea; cualquiera de ellas podría hacer estas labores, pero es evidente que no es rentable tener un mecánico en plantilla para reparar el vehículo comercial de la empresa. Es una simple cuestión de economía, de eficiencia.

     Lo demás son monsergas, demagogia y política barata, el predicar lo contrario de lo que se hace. Eso lo sabemos todos, pero el discurso político hace decir muchas tonterías. El discurso, eso sí, de escenarios políticos de baja categoría. El discurso que hoy dice que hay que municipalizar todos los servicios (para lo que se necesita personal), que luego dice que no tenemos un euro para gastar, y después dice (con la boca pequeña) que se podría recortar del capítulo de personal. El discurso que dice que hay que gastar, gastar y más gastar, pero nunca dice de dónde hay que pagar esos gastos, más bien que hay que recortar los impuestos por bajos que sean.

     Y déjense de beneficios industriales, porque les hablaré de IVA deducible y de los márgenes actuales. Déjense de derechos de los trabajadores, porque ahí también estaré yo para defenderlos. Nadie me dará lecciones de ello. He visto muchos trabajadores muy contentos en empresas privadas, y trabajadores muy desmotivados en el sector público (y al contrario también, por supuesto).

     Como esto va por escrito, que nadie maluse mis palabras: nadie dice que todo tenga que subcontratarse, nadie dice que no haya que controlar las subcontrataciones, nadie quiere que se “privatice” todo, pero … a ver quién es el guapo que mantiene que hay que tener en plantilla técnicos especialistas en energía solar en lugar de contratar los mantenimientos, o que hay que tener ascensoristas en plantilla en lugar de contratar un servicio técnico.

     Bueno, eso no, pero el agua y la basura sí que hay que municipalizarlos, o … la gestión de la piscina, o … ¿el servicio de autobuses? ¿Dónde está el límite? Pues aquí es dónde comienza la gestión, la capacidad de cada gobierno de poner la línea adecuada, de saber dónde hay ahorros y beneficios, de sacar lo máximo a cada euro público.

     Y, ¿cuáles son los criterios? ¿todo es tan misterioso? Hay claros elementos que aporta la empresa privada:

     – Capacidad de inversión: ¿cómo, si no con una empresa privada, se podría haber invertido millones de euros en las redes de agua y saneamiento de nuestro municipio (sigo diciendo que el colector de pluviales recientemente inaugurado es una de las obras más importantes de nuestro municipio), o haber optimizado las instalaciones energéticas de la piscina, o haber renovado el club de tenis, …?

     – Know-how, conocimiento del negocio, tecnología, …, todo lo necesario para que las actividades realizadas sean altamente productivas, para que la gestión sea más eficiente, y que finalmente implica inversión y formación.

     – Flexibilidad en la gestión, lo que comporta una respuesta inmediata a posibles problemas y mejoras.

     En fin, señores, esto ya se ha alargado mucho. Subcontratación sí, la justa y necesaria. Planificación y control sí. Buena gestión sí. Y para ello, el gobierno actual de La Vila, por experiencia y conocimiento, es el más preparado. Sin duda.

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